Sobre los hombros de Darwin, sobre los hombros de los gigantes, sobre hombros de gigantes para intentar ver más lejos. Intentar descubrir las fronteras - siempre nuevas- de la ciencia, y las relaciones -siempre nuevas- entre la ciencia y la ética, la ciencia y la sociedad. Lo que la Revolución Darwiniana nos ha enseñado es que no podemos comprender lo que es similar y diferente de nosotros. En el inmenso universo de seres vivos que nos rodea. Si no nos sumergimos en nuestro pasado, nuestra historia común, en nuestro parentesco, en nuestra genealogía. Pero este pasado, del cual tenemos el rastro. Es un pasado que no conocemos, que debemos descubrir, que debemos reinventar. Tenemos en nosotros el rastro de nuestros ancestros distantes que han desaparecido. Y al mismo tiempo mostramos los cambios que nos han mantenido alejados de ellos. La evolución es la historia de la fidelidad y la lejanía. Esta es la historia de la continuidad y la discontinuidad. Esta es la historia
“Escriba joven sin miedo, que en Chile nadie lee.” ANDRÉS BELLO