Ir al contenido principal

Todo ese pasado que no sabía que tenía en mi... P3

Hay en nosotros una forma de memoria consciente, llamada memoria declarativa y explícita, que
corresponde a todos los recuerdos que no sólo podemos convocar dentro de nosotros, sino también
describir a los demás.

Y esta memoria consciente y declarativa tiene dos componentes. Por un lado, una memoria general, impersonal, llamada memoria semántica, que se compone de nuestras memorias de los hechos, de los símbolos, de nuestro conocimiento del mundo - ¿cuál es el nombre del país en el que vivimos?
Y por otro lado, un conjunto de recuerdos que nos devuelven nuestras experiencias personales, la situación, el contexto - ¿qué estábamos haciendo, dónde estábamos cuando ocurrió este evento? - llamada memoria episódica, memoria autobiográfica, que conecta los hechos entre sí y con nosotros. Conecta los acontecimientos con lo que hemos vivido, con la experiencia que hemos tenido, escribiéndolos en una narrativa en la que estamos presentes, y les da sentido.

Además de nuestra memoria consciente, existe una forma de memoria inconsciente, llamada memoria implícita, procesal, la que nos permite escribir, nadar, andar en bicicleta. Hemos escrito en nosotros mismos los recuerdos de estos aprendizajes, pero lo que hemos aprendido, lo implementamos automáticamente, inconscientemente, sin pensar en ello. Y conseguimos estas prestaciones tanto mejor cuanto que las realizamos como automatismos.

Incluso hay casos en los que hemos olvidado que ha habido aprendizaje. Nuestra lengua, nuestra lengua materna, ya no recordamos el período en que la aprendimos -nuestra primera infancia- y ya no la recordamos. Y quizás porque hemos olvidado que teníamos que aprenderlo, nos lo hemos apropiado hasta el punto de creer que siempre ha sido nuestro -nuestro idioma, en el que pensamos y hablamos, y que lo entendemos como si siempre hubiera sido parte de nosotros. Como si nunca hubiera sido una extraña para nosotros.

El espacio toma la forma de mi mirada", dice el astrofísico Hubert Reeves. Todas las formas de memoria tienen en común que dan vida al pasado en nosotros al darnos un intenso sentido de familiaridad. Y es este sentimiento de familiaridad el que da a nuestras memorias su dimensión de autenticidad: nos pasó a nosotros, nos pasó a nosotros, nos pasó a nosotros, nos pasó a nosotros, nos pasó a nosotros.

En nuestro interior está anclado este sentimiento, este sentimiento, esta evidencia, esta certeza, sin error posible, de que se trata de nosotros.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La historia de Dorothy Martin

Dorothy Martin  el 21 de diciembre de 1954 un grupo de personas se reunió con Dorothy Martin para esperar a que una nave espacial los salvara de las inundaciones que estaban a punto de devastar el mundo. Dorothy recibía mensajes de los Guardianes y había congregado a su alrededor un grupo de fieles seguidores. Entre ellos, se encontraban de incógnito unos investigadores de la universidad de Minesotta que se habían ganado su confianza y querían estudiar el fenómeno. Leon Festinger, uno de los psicólogos involucrados, había encontrado la historia en las noticias y había predicho que cuando el fin del mundo no llegase, la fe de los seguidores no solo no se vería afectada sino que se vería reforzada. Festinger fue el primero en describir lo que se conoce como "disonancia cognitiva", un fenómeno por el que cuando hay una incongruencia en nuestro sistema de creencias, buscamos la forma de que estas encajen para que exista una coherencia interna. Dado que los participantes en esta h...

Deshumanización: Conceptos relacionados

Deshumanización . Cuando la vida de una persona deja de valer ante la importancia del dinero o las cosas, llevandonos a la racionalización del mal . Conceptos relacionados: Objetivación  Foto en color que muestra a una mujer desnuda, de perfil, a cuatro patas en un suelo marrón, sirviendo de soporte a un jarrón. El fondo es una pared blanca. La objetivación y la deshumanización son dos nociones de la Psicología Social estrechamente vinculadas. Estos procesos, que conducen a una percepción inadecuada de los individuos, pueden verse como sesgos perceptivos. Más precisamente, si la deshumanización equivale a percibir y tratar a las personas como no humanos, o menos que humanos, la objetivación equivale a reducir a las personas a una de sus funciones o a una parte de su cuerpo, lo que a menudo puede llevar a considerarlas más bien como objetos. Así, la persona objetivada puede ser reducida a una simple función, separada de su calidad como individuo en su totalidad, como la...

Descifrando «Pulsar» de Gustavo Cerati

«Pulsar» de Gustavo Cerati  Hace poco tiempo re escuché esta canción de Gustavo Cerati y me quedo dando vueltas, hay mucho concepto, muchas imágenes para la lectura profunda, para la reflexión, como si de alguna manera el gran Cerati hubiese dejado un mensaje hecho de pocas palabras, un código genético que contiene la vida, una semilla que va a dar paso al árbol, un fractal que si uno se acerca o se aleja entra en una cosmos... esto fue más o menos advertido por el mismísimo Cerati pero no lo profundizo por el simple hecho de dejarnos vivir nuestra subjetividad, él ya nos cantaba sus versos, no era necesario curarlos hasta el cansancio y suprimir la sorpresa. Además ya se había adelantado un par de décadas con Soda Stereo. Pulsar inicia encarnando las ideas que Gustavo estaba desarrollando y que se habían mostrado en el disco Colores Santos y Dynamo . También se considera a «Pulsar» como precursora —o punto de partida— de lo que sería una obra maestra en la carrera s...

EEAA#3 Podemos renunciar a la religión? testimonio

¿Podemos renunciar a la religión? Esto depende de quién es ese nosotros, ¿si se trata de individuos? entonces, yo no puedo más que aportar con mi propio testimonio de religión por lo menos, yo renuncio en todos lados! yo sé de lo que hablo, porque en todo caso puedo compararlo. Yo no fui solamente criado en el cristianismo, yo creí fuertemente en dios, con una fe bien viva, que atravesaba las dudas, hasta más o menos los 18 años. En ese momento yo perdí la fe, y fue como una liberación, todo parecía ser más simple, más ligero, más abierto, más fuerte! Era como si yo saliera de la infancia, de sus sueños y de sus espantos, ese sudor frío, como si finalmente estuviera entrando en el mundo real, el de los adultos, el de la acción, el de la verdad sin perdón y sin la Providencia. ¡Qué libertad! ¡Qué responsabilidad! ¿Qué júbilo? SÍ, tengo la sensación de vivir mejor, más lúcidamente más libremente, más intensamente, ya que soy un ateo. Esto, sin embargo, no puede ser considerado como ...