Comencemos por lo más fácil: Dios, por definición, nos sobrepasa. Las religiones, no. Estas son humanas, muy humanas dirían algunos, y como tal accesibles al conocimiento y a la crítica. Dios, si existe, es trascendental. Las religiones hacen parte de la historia, de la sociedad, del mundo (ellas son inmanentes ). Dios tiene una reputación de perfecto. Ninguna religión sabría ser perfecta. La existencia de Dios es dudosa ( va a ser el objeto del tercer artículo ). la existencia de las religiones, por el contrario, no es dudosa. Los cuestionamientos que se hacen, a propósito de estas últimas, son menos ontológicas qué sociológicas o existenciales, no se trata de saber si las religiones existen (a veces da la impresión que existen mucho), sino lo que son, y si podemos renunciar a ello. Pero, no podemos responder sin abordar otra gran pregunta ¿Qué es una religión? ¿Qué es una religión? la noción es tan grande tan basta tan heterogénea, qué es difícil de dar una definición tot
“Escriba joven sin miedo, que en Chile nadie lee.” ANDRÉS BELLO